miércoles, 6 de agosto de 2008

Después de partir

Visítame en el cementerio
cuando cumpla años de viva,
no de muerta.

Y llévame un regalo,
uno que tenga un gran valor,
que nadie más pueda comprarlo.

Estaré ahí esperando
a que te acerques
para despertar.

Cuando llegues,
no titubees en hablarme,
acércate a mi.

Llevaré una ventisca suave
que acariciará tu cara,
y así podrás sentir que estoy ahí.

Déjame un poco de amor,
sembrado en el jardin más cercano,
-a ése regalo me refería-.

No importa que pronto te vayas,
solo pido que regreses,
no te olvides de mi.

Ya que después de partir,
es imposible escribirte,
y expresar lo que siento por ti.



“Cuando encuentres
una rosa negra,
déjala en mi tumba,
y así sabré que has venido,
mientras yo duermo en la eternidad...”



1 comentario:

Adrián Mariscal dijo...

Hola Marcia. Leì tu mensaje en mi blog. Muchas gracias en verdad por interesarte en mì. Espero pasar màs seguido por aquì a leer las actualizaciones.

Y Porsupuesto te invito a leer el Ballet de los desahuciados, que ya he publicado un texto final, creo que ese ciclo termina. Y tambièn te invito al inicio de "manicomio espontàneo" mi nueva aventura literaria.

Un abrazo!

violinnostalgico.spaces.live.com
telonversatil.blogspot.com